sábado, octubre 3

Un miércoles de mayo de otros años


Puedo recordar con claridad
fue algún tiempo atrás.
Si lo pienso ahora,
me hubiera querido quedar.

Levaba una camisa y un abrigo,
me fui a cambiar.
Recuerdo esa remera psicodélica
de la feria independiente.

Reconocí tus pantalones,
los de cuadros marrones.
Estrenando zapatillas,
y un gamulán verde militar.

Detalles insignificantes
que no me voy a olvidar.
Te vi fumar en soledad,
mirando la gente pasar.

Nunca voy a olvidar
la frecuencia con que repetías
algunas muletillas: basta, wow, es genial!
Y me mirabas con asombro.

Creo que el alcohol
me llevo a mostrarte a gente.
Mi hermana y otras personas
que ni siquiera soportaba.

Me estrujabas las manos,
bien fuerte.
Y me besaste,
por primera vez.

Me pediste mi e-mail,
pero prometí recordar el tuyo.
Lo recordé
y de impaciencia te agregué.

Chateando descubrimos ser iguales,
nunca confesé que moría
cuando me decías bella,
y ese día posteaste:

Cosas locas pasan a gente loca.
Y a las semanas, violentamente feliz.
Siempre me pregunte si era por mí
(siempre quise que lo fuera).

Tuve miedo de decirte
que me hacías feliz, que eras para mí.
Los supe la primera vez que te vi,
que le tenía miedo a tu sentir.

Y así, por miedo perdí.
Pero hoy no tuve miedo
de llorar bien fuerte
y despedir ese mal de mí.

[No sé por qué en verso, lo encontré recién en mi cuaderno así ♥, aunque sé que está choto, pero esa es mi mejor historia... y no quiero contarla bien, el egoísmo para seguir teniendo algo en común de vos, yo y nadie más.]

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