sábado, diciembre 21

Anesthesia

Momento de inflexión. La verdad de los antidepresivos, esas hermosas pastillitas de felicidad que te hacen sentir dios en un momento y al siguiente la angustia, el dolor y todo eso contra lo que estás luchando se intensifica y el sentimiento de que algo te está matando por dentro vuelve. Algo que te está matando, y contra lo que luchás, porque vos no sos suicida, vos querés vivir, con eso, a pesar de eso, te esforzás por que todo lo que te duele deje de dolerte.
Hoy me duele todo eso por lo que día a día lucho para dejar atrás, pegar un salto y olvidarme. Me doy cuenta que en esa lucha diaria descubro la felicidad en miles de formas, me divierto, aprecio las pequeñas cosas. Me siento realmente bien, la mayor parte del día, todos los días. Vivo con eso que me duele, vivo a pesar de eso. Y cuando duele, hago que el dolor cese, intentando no anestesiarme, porque la anestesia, a la larga intensifica.
Y anoche anestesié, y fue lo mejor del mundo. Pero hoy, la anestesia se fue, y hoy, me quiero engañar diciendo que cambiaría todo lo que construí este año por calmar ese dolor, porque el vacío que dejó la ausencia de esos seres se llene con su presencia. Engañarme, de nuevo, de nuevo anestesiarme. Qué dolor, la puta madre, ¿POR QUÉ NO ESTÁN ACÁ LA PUTA MADRE?