jueves, octubre 22

Reflexiones en la ducha: parte I

¡Qué injusta que es la vida para algunos! ¿Por qué siempre hay gente más preparada para la vida misma que uno? Alguna vez leí, de mi maestro Boom Boom Kid que los desafíos son la prueba de que vivís y viviste, que nunca debes dejar de buscar desafíos bo oh oh ¡desafíos!
Mi mamá (la que verdaderamente me inspiró en esta reflexión) prefiere decir que la gente durante su vida vive distintas experiencias, y no se por qué mierda asocia experiencia con edad, es como decía Antoine de Saint Exùpery: los adultos siempre se fijan en los números y eso los pone contentos... ¡qué pensamiento más vacío! (el de los adultos, claro).
En fin, yo prefiero asociarme a la definición de Boom Boom Kid, que se asemeja más a lo que yo veo en mi vida y en las demás. Los desafíos son la prueba del ser mismo, porque son aquello que nos enseña a vivir, aprendemos qué decir, qué callar, a dónde mirar, aprendemos a elegir lo que queremos para nosotros y también lo que no queremos, y eso, nos lleva a ser nosotros mismos. Todos somos una persona y el del lado es otra, pero una persona es un universo que contiene mundos, mundos regidos por los desafíos que vivió, que eligió, a los que se animó y en los que se acobardó. Todo eso somos, y de eso se trata vivir, crecer, de seguir llenando los huequitos vacíos con desafíos... porque la mejor recompensa, al final, es saber que no solamente lograste tu objetivo, sino que viviste el camino, dejaste parte de vos en él y vos sos cada salto que diste para dejar atrás sus obstáculos, cada caída de la que te levantaste y seguiste, que estoy segura, pocos no fueron.

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