jueves, enero 12

El tren

A veces llega uno, o varios puntos en la vida que uno cree o siente que se le pasó el tren. No existe tal cosa como un tren que se pase, pero sí hay etapas o momentos que se pasan y es imposible volver a vivirlos, cambiarlos. Todo consiste en aprovecharlos, disfrutarlos y aceptarlos tal como fueron una vez que quedaron atrás. Pero y con eso qué? A veces la angustia por esos momentos que pasaron y las cosas que no pudimos vivir es enorme e inevitable.
Si digo que de mi vida no cambiaría nada estaría mintiendo. Aunque sé que todo lo que hice, dejé de hacer, lo que dije y lo que calle... todas esas cosas hacen de mí la persona que soy hoy. Me sitúan en el lugar en el que estoy... pero si me preguntan, desde el lugar en el que estoy, en vez de seguir adelante, preferiría mil veces volver hacia atrás. Volver a tener 13 años y vivir desde ahí mi vida hacia adelante, hasta tener 21, y volver a los 13 y repetirlo... una, y otra, y otra vez. No tengo interés en volverme vieja y saber que a veces, muchas, no voy a poder con mi cabeza. Saber que lo que sigue va a tener altibajos relacionados con cosas que me importan poco y nada, pero que de esas cosas va a depender mi vida. Quiero volver a ser esa persona que era, que se dejaba ser, antes de calcular un movimiento lo sentía y lo actuaba impulsivamente, sin pensar en las consecuencias.
No sé si mi tren se pasó o no, pero sé que me gustaría seguir siendo todo lo que fui, y por haber sido todo eso hoy soy esta persona que no sabe cómo ser.