lunes, febrero 25

Gusto de vos, gustando de mí

Me gusta de vos que nunca sé qué pensás. Me gusta de vos que sabés siempre lo que pienso yo, y cuando no sabés, y me preguntás, no te puedo mentir, porque aunque no sepas qué pienso, sabés que no pienso lo que digo. Me gusta que me conocés más de lo que creí en todos estos años. Mucho, mucho más de lo que creí. Me gusta que cuando algo me cae mal y no lo digo por educación, vos lo leés en mis ojos, ya sabés que me hierve la sangre, sabés que tengo ganas de golpear a alguien, simplemente lo sabés. Me gusta que cuando me enojo entiendas la razón y no te pongas a la defensiva, así podemos hablar bien y no pelear, y alguno de los dos se anima a ceder. Me gusta que seas un poco ingenuo a veces, y que te guste cuando me toca a mí ser un poco ingenua. Me gusta que aunque nunca jamás soy cien por ciento transparente con vos, siempre captás mi esencia y el porcentaje de opacidad se hace totalmente irrelevante. Me gusta que creo que los dos sabemos que sin esa zona opaca esto así, como es hoy, no podría estar funcionando. Me gustas vos y me gusta la opacidad, porque te quiero sin la necesidad de sentir emociones románticas hacia vos. Y se verá cómo me seguís gustando aún cuando te hayas ido, muy lejos, por mucho tiempo. Y lo que más me gusta de todo es que cuando vuelvas, y cuando yo vuelva, todo esto va a volver a suceder, indeterminadamente, hasta que nuestras zonas opacas se vuelvan transparentes para otras personas y vivamos inmersos en el amor y en los brazos de ellos.