domingo, febrero 28

Contar los días

Tal vez sea la idiotez más grande contar los días en forma regresiva... pero nunca lo hacemos para algo que nos resulte absurdo. El contar los días es medir el nivel de ansiedad respecto a algo, saber que, conforme vayan pasando, existe, por un lado, la alegría de que el día esperado se aproxima, y por otro, nuestro cuerpo siente esa alegría como una desesperación positiva y el corazón late con más fuerza y más rápido. Y con la ansiedad llegan los pensamientos, las incertidumbres, los nudos en la panza. Y el día llega, el día esperado llega, puede parecernos que pasaron los días con una extrema lentitud o con una rapidez inesperada... y finalmente ese día llega.

Y hace dos semanas (mejor dicho, trece días), María Emilia cuenta los días, aunque hace sólo seis días que los cuenta oficialmente en su amigo, messenger... Y mañana... es el día CERO, mañana es MAÑANA!

Y yo no lo puedo creer.

viernes, febrero 26

Azar.

Agarro un libro al azar y escribo lo que diga en la página 46... dale que va?
VA

naaa, no me gustó... va de nuevo...

tenía 42 páginas xD

va de nuevo...

la biografía de Elsy Bornemann la conseguís en google.com... va de nuevo...

-¡Pero allí no puedo entrar yo! -protestó ella.
-Entonces me esperas afuera -dije yo.
-No me gusta esperar -dijo ella.
-Tranquila, que luego tendrás que tomarme de la mano.

Nos bajamos en la estación Karlsplatz, pasamos medio kilómetro de pasajes con almacenes y subimos por la escalera eléctrica.
Creí que sería fácil encontrar el bar de Cindy, pero me equivoqué. No he estado muchas veces en el centro de la ciudad y, de alguna manera, las calles se me confundieron. después de andar por ahí más de media hora, buscamos una cabina telefónica y abrimos el desbaratado directorio en la letra C. Con la dirección correcta pudimos llegar al baño en la pequeña plaza al lado del bar. Era una caseta en el sótano, con salidas separadas. Dimos una vuelta alrededor. Yo hubiera dado una segunda vuleta de inspección, pero Eva-María me pegruntó, mordaz:
-¿Tienes que correr para calentarte?
Entonces la compañé a un banco en mitad de la plaza para que se sentara a esperarme. Después bajé los dieciséis escalones que conducían al baño de los hombres. Las rodillas me temblaban un poco, pero pensé que sólo temblaba interiormente y no se me notaba.
Al entrar, sentí un olor dulce a fenol y también un olor agrio a sopa de verduras. En una pared de azulejos vi dos máquinas automáticas de condones y  al frente una báscula anticuada. Encima de una de las máquinas

y te dejo con la intriga.

Si sos tan retorcido como yo y te gustan estos textos... te recomiendo el libro, se llama Bonsai y es una escritora austríaca llamada Christine Nöstlinger de la editorial Zona Libre.

A ese libro me lo regaló mi mamá en una feria del libro, elegido por ella, nunca se hubiera imaginado que el libro contenía descripciones que a su criterio no eran "adecuadas" para una chica de mi edad, tenía doce o trece... nunca le dije más que  el libro me encantó, y Basty, el personaje principal era una masa el loquito, era ñoñaso pero re audaz en su búsqueda por saber qué quería en su vida. Yo lo recomiendo, es el libro más bizarro que leí en mi vida, y lo recordé ahora, que cayó al azar en mi manita.

A estudiar. Chau.

lunes, febrero 22

A L I V E

Sentirse vivo. Volver a sentir que uno es alguien, que uno es algo. Saberse real.
Que los sentimientos se revuelvan en el cuerpo y se choquen entre ellos.
Un ataque de incertidumbre que no te deja dormir.
Saber que la noche anterior, después de mucho tiempo, volviste a ser feliz.
Saber que ganaste el juego que jugabas.
No sentirte estancada en la nada misma, estar de vuelta, existir.
Tener algo para decir, y aunque te lo guardes, y tal vez eso te duela... tenés algo!
Ya no estás parada en la nada, en la inercia del día a día a día.
Te sentís viva.

domingo, febrero 21

21 de febrero 2010

Feliz de verte, otra vez

el calor, las bronquitas

los celos,

el cariño y tus mimos

te hacen único

feliz de verte, otra vez

{Boom boom kid, Canciones para reparar un corazón roto.}

y mañana, que sea lo que quiera, pero que sea lo mejor.

domingo, febrero 7

Te extraño

Te extraño, todavía, y la cabeza me pregunta y repregunta y se ilusiona, hasta que cae en la cuenta que ya no estoy a tu alcance. Que yo quiero jugar mi juego y vos no podés obedecer sus reglas, porque sos libre y yo también. Pero te extraño, hoy, como siempre, como nunca.

viernes, febrero 5

Cambiam.e. el disco

Y algunos días,
de esos en que recorro la ciudad
recorro los rincones
que vos y yo adornamos
con nuestros cuerpos, nuestros besos,
alguna vez.

Y cada vez que paso por ahí
siempre hay algo nuevo,
nada es lo que solía ser
cuando vos y yo estuvimos allí.

Algunos lugares ya ni existen,
casi todos son de otros,
construcciones terminadas,
sin grúas ni tractores para soñar.

En esa esquina hay un guardia,
porque ahora la seguridad es primordial.
Aquél boliche ya no abre,
ya no nos podemos sentar a hablar.

El banquito de verano, en la avenida enorme
sigue estando. Intacto...
Pero ahí al frente, dónde no entendíamos...
Está todo cerrado, lo están modificando.

Ni siquiera tu casa es la misma,
estoy segura...
aunque no frecuento ese lugar desde
hace tres años ya.

Y todo cambia, todo cambió.
No somos sólo vos y yo.
Y no me hables ni me digas que no,
porque esta vez no quiero nada de vos.

lunes, febrero 1

No doy.

Si te ponés a pensar, solamente si te fijás, no estoy dando nada. Dejo y dejo que me consientas, consintiéndote, porque yo no quiero nada de esto. Porque tengo miedo. Porque no tengo miedo, porque no quiero. NO QUIE RO