Cada día miro la ciudad. Siempre desde el mismo, exacto, ángulo. Con la misma, exacta, curiosidad. Y siempre, pero siempre, se ve diferente. Yo no sé si cambia el sol o es distinto mi humor, pero nunca se repite una expresión.
A veces, mientras viajo, me paso mucho tiempo pensando en vos, escuchando tu voz. Me pregunto ¿quién sos? Y recuerdo muchas cosas, cosas que me gustan, y otras que no.
A veces me tranquilizo y me pongo a cantar. Otras, y no tantas, te empiezo a extrañar. Y nosé, de verdad, qué nos hizo cambiar.
Hoy me acordé de ese último beso, un pinchazo en mis labios, y palabras muy grotescas saliendo de los tuyos.
En verdad me da vergüenza pensar que todavía te puedo extrañar.
[Sin fecha. Aproximadamente marzo o abril 2009]
No hay comentarios:
Publicar un comentario