Fue una noche de sábado,
una semana atrás,
me divertía con amigas
y a mi lado viniste a parar.
Balbuceaste estupideces,
como para variar...
Casi sin escucharte,
no paraba de bailar.
Recuerdo que no hace tanto,
y hay testigos por acá,
te deseé infeliz cumpleaños,
y prometí que no iba a llorar.
El karma me encontró despierta
y en vez de llorar, lo saqué a bailar.
El karma me golpeó en la cara
y en vez de llorar, opté por festejar.
Este sábado, casi que no llego al lugar.
Y mientras un taxista me hablaba
"los comunistas chinos van bien"
sólo pensaba en tomarme un cuba libre y bailar.
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