viernes, enero 1

¿Hasta dónde? ¿Hasta dónde suelto mi rienda?

Las malas experiencias nos marcan y nos hacen madurar, nos enseñan que los errores que se cometieron no deben repetirse, y sobre todo por qué no deben repetirse. De los errores uno aprende a vivir y convivir, y también aprende que si bien son los mejores maestros... es mejor evitarlos que caer en ellos para aprender la lección.
No quiero equivocarme otra vez, no quiero dañar a alguien que es para mí muy importante... pero sé que, discreta y secretamente, ya lo estoy haciendo. No llegué, todavía, al punto en el que el error sea concebido, y espero no llegar hacerlo.
A la vez, a veces, uno está primero y traicionarse a uno mismo es aún peor que traicionar al otro. La barrera que me estoy imponiendo es fuerte, sí que lo es, y por ahora no siento, sólo pienso... pero... ¿qué será de mí cuando deje de pensar? ¿qué será de vos cuando deje de pensar? ¿qué será del pasado cuando deje de pensar? ¿qué será del futuro cuando deje de pensar?
Ya no quiero ni pensar en lo que pueda pasar cuando deje de pensar.

1 comentario:

  1. Qué pasa amiga?
    Sabés que podés contar conmigo.. si necesitás hablar, estoy, para lo que sea.

    ResponderEliminar