martes, diciembre 1

Ordenar la habitación

¿Para qué?
En mi caso, siempre llega un punto: fin de año, en que el lugar que habito la mayor parte del tiempo ya es inhabitable, el contenido del ropero lo desborda ocupando el suelo, el escritorio, la "cama" marinera, los estances, etc rincón que exista donde quepa algo.
Ese punto llega, apesar de las advertencias de papá durante toooooooooooooodo el año, llegando a rogarme que ordene mi habitación, y hasta a amenazarme con dejarme sin bienes materiales que poco me importan. Y cuando llega, tengo la obligación y la necesidad física y mental de ORDENAR.
Ordenar implica, en esta instancia del desorden, cuatro* cosas cosas: en primer lugar, des-ordenar toooooooodo, si es que es posible hacerlo; en segundo lugar seleccionar qué se queda y qué se va; el tercer lugar lo ocupa la clasificación de lo que se queda, en qué es y a dónde va; y ta tan ta tan, por último, acomodar cada cosa en su lugar específico.
Eso es básicamente lo que hago al ordenar mi cuarto, y aunque no lo parezca me lleva muuuuuuuuuuucho tiempo por cada vez que lo hago...
Pero hoy, ordenando, empezando a hacerlo, empecé a encontrar las cosas y cuadernos de siempre que ojeo y guardo en el mismo lugar... pero hoy decidí ver realmente qué tienen adentro.... y descubrí bastantes cosas de mí misma...
La primera y la más frustrante de todas, sobre todo porque yo creía que durante la escuela primaria era una de las mejores alumnas del curso... fue que... mi cuento par ael libro de quinto grado era TAN pero TAN malo que lo dejaron para el final de la selección, y aunque podría pensarse "lo mejor para el final", creo que yo cuando escribí ese cuento no tuve en cuenta ese factor.
La segunda cosa que descubrí, leyendo mis libretas del primario fue que, en ese entonces mis "originales métodos para resolver probblemas en matemáticas y en otras disciplinas" eran muy valorados y hasta me incentivaban a seguir así... si hubiera sabido que la aplicación de mis estrategias tan propias iba a ser tan desvalorizada por el Ingeniero Moll y la cátedra de Matemática en la facultad, tal vez hubiera elegido otra carrera, donde me sienta útil y donde si me ponen un 6, que sea porque es lo más que me merezco, porque realmente entendí cada cosa a la mitad.
Y también descubrí algo: las veces que estuve enamorada llené más papeles con escritos, dibujos, y frases sueltas que fueron lo mejor que escribí en mi vida, y llenan cuadenos enteros y eternos. Qué feliz es estar enamorado! aunque tenga sus momentos de dolor. Me encantaría volver a enamorarme con tanta inocencia.


* Mientras escribía fui variando el número, comenzo siendo dos: la primera y la última acción; luego fue tres, agregando la tercera entre la segunda a la última, y finalmente consideré primero lo primero, y claramente, la suma es de cuatro grandes acciones.

2 comentarios:

  1. Y ordenar la habitación también te da alergia! MUCHA TIERRA REVUELTA!

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  2. Para mí, tenés talento. Me gusta cómo escríbis. Y sí, la verdad que cuando uno se enamora, surgen las mejores palabras.
    Te quiero mucho ♥

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