Te extraño, todavía, y la cabeza me pregunta y repregunta y se ilusiona, hasta que cae en la cuenta que ya no estoy a tu alcance. Que yo quiero jugar mi juego y vos no podés obedecer sus reglas, porque sos libre y yo también. Pero te extraño, hoy, como siempre, como nunca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario